Mitos en torno a la traducción
Al hablar de traducción nos referimos a un amplio abanico de servicios
cuyo uso se ha institucionalizado en la sociedad. Todos hablamos de ellos pero
no nos damos cuenta de hasta qué punto están presentes en nuestra cotidianidad.
Por eso, a continuación hemos querido reflejar algunos mitos en torno a la
traducción.
Y comenzamos por la falsa creencia a considerar la traducción como un pequeño nicho de mercado, con escasas
salidas laborales y profesionales. Sólo en 2013 el mercado de servicios
lingüísticos fue de 33.000 millones de dólares siendo la traducción escrita el
principal de ellos. Le siguió, aunque a distancia, la localización de software.
A continuación, queremos desmitificar la creencia de que los servicios de traducción decrecen. Muy
por el contrario, en 2020 se calcula que sólo en EEUU el sector habrá creado
83.000 puestos de trabajo para traductores e intérpretes y que en el resto del
globo lo haga en un porcentaje aproximado del 40%.
De la misma manera, mucha gente piensa que la traducción se limita a traducir libros y, fundamentalmente,
narrativa. Aunque este servicio, junto con la interpretación en conferencias,
sean los dos sectores más visibles, lo cierto es que representan servicios del
mercado muy pequeños. De hecho, a nivel comercial, los servicios más utilizados
son por la industria manufacturera, el sector de la salud y los servicios
legales y financieros.
Otro mito muy extendido es tender a pensar que los traductores no cuentan con formación específica sino que se
trata de personas que son nativas o bilingües de un idioma concreto. De hecho,
la mayor parte de estos profesionales son especialistas altamente cualificados
y formados, tanto en traducción como en lingüística, centrados en un campo
específico con certificaciones internacionalmente reconocidas y recomendadas.
En paralelo, también hay quien piensa que ser traductor e intérprete es lo mismo. El término más extendido es el
de traductor pero si bien el primero se refiere a la lengua escrita, el segundo
pone el foco en la lengua hablada. Así, los traductores deben contar con
habilidades de escritura y formación en traducción y en el caso de los
intérpretes tienen que fomentar la retención de la memoria de corto plazo, la
capacidad de tomar notas y la memorización de terminología específica.
Finalmente, otra tendencia a pensar es que los traductores tienden a dominar diversos idiomas. Una
cuestión que es falsa pues la mayoría de ellos se limita a conocer un número
limitado y a trabajar en el sentido inverso. Asimismo, estos profesionales
suelen utilizar un vocabulario técnico avanzado aunque por lo general no son
hiperpolíglotas.
Estos seis mitos en torno a la traducción están realmente muy
extendidos entre la mayoría de nosotros y prueba de ello es el desconocimiento
que tenemos de este tipo de profesionales cuya labor, de otra parte, es
totalmente incuestionable e imprescindible para realizar un trabajo de calidad.
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