Curiosidades en torno a la traducción literaria
Se trata de una de las extensiones más
importantes de la traducción y probablemente pocos de nosotros nos hayamos dado
cuenta de su incidencia en nuestra vida. Hablamos de la traducción literaria,
un trabajo cuya función es determinante para que cada texto tenga sentido en el
lector y haga llegar a éste el mensaje que el autor se había propuesto.
Pero, ¿cuáles son los requisitos que
debe tener un traductor literario? ¿Cuáles son los errores de estos
profesionales que han pasado a la historia¿ ¿Y sus hazañas más importantes? De
todo ello vamos a hablar en las próximas líneas.
Comenzando por los que consideramos aptitudes fundamentales con las que debe
contar un traductor literario. En este sentido, la mayoría de los expertos
responden al unísono. Y es que un traductor literario tiene que tener en cuenta
las particularidades del texto literario y ser lo suficientemente sensible a
captar su ritmo y musicalidad, facilitando la transferencia cultural de una
mentalidad a otra.
Todos estamos de acuerdo en que traducir
una obra de literatura no es igual que traducir un informe científico o cuyo
lenguaje es altamente específico. Sin embargo, existen casos en la historia en
los que las traducciones han tenido mucho
de invención y poco de veracidad. Uno de los ejemplos más rocambolescos es
el de Constance Garnett, autora de la traducción de casi setenta nombres de la
literatura rusa y cuyo trabajo se recuerda por la rapidez, los errores
sintácticos y gramaticales y reducía considerablemente la extensión de los
textos.
Suyas fueron las traducciones de las
obras de Tolstoi, Dostoievski y Gogol. Un trabajo que permaneció intacto casi
un siglo, hasta que en los noventa se publicasen versiones más leales de estos
textos a cargo de Pevear y Volokhonsky.
Este ejemplo nos
lleva a reflexionar en torno a la finalidad
de la traducción literaria y la importancia de la figura del traductor. De
hecho, la inmensa mayoría de los casos no devuelven la versión de Garnett sino
la contraria. Es el ejemplo de la obra del recientemente fallecido Gabriel
García Márquez. Un trabajo –su versión en la lengua inglesa a cargo de Rabassa-
que para muchos tuvo gran parte de la responsabilidad de que este escritor
obtuviera el premio Nobel.
Así, los datos que debe contener una buena
traducción se resumen en los siguientes: dar la impresión de que está
escrita en el lenguaje original, reflejar el estilo que caracteriza a un
determinado escritor y, por supuesto, adaptar todos los elementos que por
barreras culturales dificultan la lectura, incluyendo aquí una postura
subjetiva del traductor, aunque eso sí: en pequeñas dosis.
Sólo así podremos
disfrutar de una lectura fiel a lo que ha querido señalar un autor,
independientemente de cuál sea el idioma de destino y cuán difícil resulte la
traducción del texto. Secretos que acabamos de revelar y que nos advierten de
la importancia de una traducción profesional, eficaz y segura para cualquier
obra literaria.
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