Aspectos fundamentales de la traducción jurídica
La traducción cumple muchas
funciones y una de las más destacadas se encuentra en el sector jurídico. Esta
ubicación exige que al trabajo del traductor un alto grado de especialización,
ya que genera un alto volumen de la demanda total existente en el mercado.
De hecho, son muchas las funciones que cumple un traductor jurídico, puesto
que debe completar
los huecos existentes en una parcela de conocimiento amplia. Así, el comercio
internacional ha dado lugar a un número elevado de figuras jurídicas, algo que
implica la firma de contratos de compraventa, seguros, representación comercial
o transportes. Una tendencia que según los expertos tenderá a crecer.
Asimismo, la puesta en marcha y
consolidación de distintos grupos políticos y económicos que intentan
desarrollar sistemas jurídicos comunes supone otro importante nicho de trabajo
para el ámbito de la traducción jurídica. Un claro ejemplo es el que se observa
en torno a la Unión Europea, donde se está trabajando para armonizar los
distintos sistemas nacionales y se crean normas jurídicas de aplicación
obligatoria.
En tercer lugar, y no menos
importante, destaca el aumento de la movilidad de la población mundial, así como
el incremento del turismo ha supuesto que las relaciones jurídicas y
administrativas se vean modificadas, puesto que éstas requieren ser traducidas. Ejemplo de esta función son las
agencias inmobiliarias que venden sus propiedades a extranjeros, los ciudadanos
de otros países que realizan testamento fuera de sus lugares de origen o
aquellas personas que realizan o sufren un delito fuera de sus fronteras.
De la misma manera, también debe tenerse
en cuenta el fenómeno de especialización que existe en todas las ramas del
saber, y las consecuencias de éste conlleva para el ámbito de la traducción.
Por último, es necesario destacar que este tipo de traducción exige una
formación muy específica, que pocos pueden llevar a cabo.
En este sentido, conviene señalar los tipos de traducción jurídica existentes.
Y es que la modalidad predominante es la traducción
escrita. De hecho, el registro jurídico se lleva a cabo principalmente a
base de documentos escritos, por lo que es natural que sea esta modalidad de
traducción profesional la más frecuente.
Sin embargo, también existe la traducción a la vista, que se configura como la segunda modalidad
más habitual de esta especialidad. La misma se produce en los juicios, cuando
el juez solicita a un intérprete que lea el acta redactada por el secretario en
el idioma requerido, así como cuando se le demanda que traduzca una prueba
documental.
Por último, la interpretación
es otra de las fórmulas más utilizadas en el ámbito jurídico. En países como
EEUU, Canadá o España las causas en las que aparecen extranjeros se han
multiplicado, por lo que la presencia de intérpretes es fundamental para la
realización de los juicios.
Hasta aquí ha quedado clara la importancia que tiene
la traducción jurídica en el mundo actual. Sin embargo, es importante que se
sepa que ésta debe realizarse por profesionales. Sólo así se conseguirá un
trabajo de calidad y que ofrezca garantías.
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