Características que debe tener un buen traductor
En este blog ya se
ha insistido en las características que debe tener una traducción profesional,
trabajo para el cual se requieren una serie de habilidades por parte de la
persona que lleva a cabo esta función. En este post nos vamos a centrar en
estos rasgos y características de los traductores, cuya función y
responsabilidad es máxima a la hora de realizar un trabajo con garantías.
Comenzando, como no
podía ser de otra manera, por el dominio
del idioma, que ha de ser comparable al de su lengua madre. Aunque no
existe la posibilidad de conocer a la perfección una lengua como la matera, el
traductor tiene que dominar los aspectos más importantes que conlleva una
traducción, como son la gramática y sintaxis, la ortografía y la redacción.
Con respecto a este
último aspecto, la traducción no sólo debe contener una correcta redacción a
nivel gramatical u ortográfico, sino que ésta también debe presentarse estéticamente, en el sentido de que debe contener
precisión, limpieza y armonía en su mensaje y texto en conjunto.
En tercer lugar es
importante trasladar al lector el sentido fiel del idioma original a su lengua
destino. Todo buen traductor deberá, en este sentido, conservar el mensaje original y trasladarlo con coherencia a los
usuarios de dicho trabajo. Muy relacionado con esto se encuentra otro aspecto,
vital, como es la capacidad de decodificación. Todo traductor profesional debe
ser capaz de encontrar los mensajes entrelíneas del autor y ser capaz de
trasladarlos al lector.
Por otra parte,
todo traductor debe tener un conocimiento sobre cultura general, que abarque distintos ámbitos. Estos deben ser
amplios ya que el profesional desconoce cuál es la rama o ámbito en la que
tendrá que traducir en un determinado momento.
Otros rasgos
personales del trabajo del traductor están relacionados con su capacidad de visión y de mecanografía,
así como en llevar adherido a su mente un escáner gracias al cual diferenciar
de un texto sus fallas y grietas, para no trasladarlas al trabajo de destino,
esto es: a la lengua traducida.
Del mismo modo,
todo trabajo de traducción profesional precisa de otras cualidades del
traductor, como es una capacidad a la
hora de entregar los documentos traducidos y su actitud a la hora de
aislarse de ocupaciones y preocupaciones para llevar a buen término su trabajo,
reflejando la calidad y las garantías del mismo.
Todos estos rasgos
convierten al traductor en un elemento imprescindible para realizar un trabajo
de traducción que aporte los requisitos que los clientes solicitan a la vez que
contenga la calidad y profesionalidad adecuadas que se debe exigir a los
profesionales responsables de realizar estos trabajos.
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