La producción y distribución de vino es una de las actividades
económicas punteras más importantes en España. Lo ha sido tradicionalmente y
continúa siéndolo en la actualidad, promovida por la crisis económica y el sector
exterior, que ha tirado de las exportaciones de este particular producto, al
volverse más competitivo.
Una incidencia del vino en la economía que no solo se nota a nivel
interior. Y es que este sector es eminentemente exportador, por lo que está
unido inexorablemente al trabajo de un traductor. De hecho, son muchos los
motivos por los que debemos unir ambos conceptos.
En primer lugar, por la condición de España de ser uno de los
principales países productores de vino. Tanto es así que ocupa el primer puesto
del ranking en lo que respecta a la superficie de vid plantada. Del mismo modo,
también lidera el indicador relativo a la producción de vino y mosto de la
campaña 2013-2014. Un hito histórico, pues superó a Italia y a Francia.
En paralelo, España también se destaca por ser el primer exportador
mundial en términos de volumen y como tercer país en términos de valor. Así, es
destacable que por su importancia e interés en términos económicos y de imagen
de nuestro país, pero también sociales y medioambientales.
De ahí la relevancia del sector del vino para la economía del país y
para la traducción. Porque, en este sentido, ambas actividades están
directamente relacionadas y el sector del vino requiere de un traductor
especializado para alcanzar sus objetivos de manera exitosa y coherente.
Así, la traducción es necesaria en el mundo del vino para múltiples
funciones, comenzando por todo lo relacionado con el proceso de exportación.
Traducciones de documentos, de contratos, reuniones con inversores o intérpretes
de eventos de índole diversa son fundamentales para llevar a cabo una
exportación exitosa. Del mismo modo, la traducción en el sector del vino es
fundamental a la hora de dar a conocer este producto. Esto es, vino y
traducción están unidos en todo lo relativo a las cuestiones de marketing y
estrategias que se lleven a cabo para difundir una marca vinícola determinada.
En este sentido, la traducción tiene que cuidar el sentido de las
palabras y de los mensajes que se quieren transmitir. Del mismo modo, el
trabajo del traductor ha de ser capaz de condensar las ideas de manera concreta
y fiel a como se pronuncian en el castellano. Y ya se sabe que dependiendo del
país en el que se exporte y del idioma que allí se hable esta función será más
o menos compleja de llevar a cabo, por lo que la tarea del traductor es
imprescindible.
No hay comentarios:
Publicar un comentario