Uno de los lanzamientos
que mayor expectación ha tenido este año 2014 es la aparición de la nueva
edición del Diccionario de la Real Academia Española, presentado el pasado 17
de octubre. Sin embargo, como suele suceder en este tipo de acontecimientos, la
actualidad del lenguaje va más deprisa que el trabajo de los académicos y
existen determinadas palabras que este nuevo diccionario no presenta su
traducción.
Ello se comprueba en la
actualidad a través del uso de las tecnologías y la realidad de la globalización,
pues ambas dimensiones han motivado el surgimiento y aparición de nuevas
palabras, enriqueciendo cada idioma y que se han ido amoldando a la traducción
de cada idioma. Sin embargo, existen una serie de palabras que a pesar de estos
cambios no solo se han mantenido sino que continúan siendo únicas de la lengua
original.
Es de lo que nos vamos a
encargar a continuación, comenzando por un término puramente español, como es
el caso del vocablo “tuerto”. Este término es de origen latino y se utiliza para
las personas que solo ven bien a través de un ojo. En español es una palabra
común pero no tiene traducción a otras lenguas. De hecho, la forma de referirse
a ella en otros idiomas, como en inglés, sería a través de la fórmula the
person who has one eye.
Algo parecido sucede con
la palabra toska, de origen ruso. La misma se refiere a una sensación de
angustia espiritual, sin causa definida por la persona que la padece. De esta
manera, es complicado asociar una palabra como esta a un término similar en
español y en cualquier otro idioma.
Sin embargo, todavía
existen otros términos aun más complicados de traducir. Es el caso de ilunga.
Se trata de un vocablo que pertenece a la lengua tshiluba, que únicamente se
habla en la República Democrática del Congo. ¿Su significado? Dícese de aquella
persona capaz de perdonar una ofensa por primera vez, pasarlo por segunda, pero
no por tercera vez.
A continuación es
imprescindible hablar de la palabra kyoikumana, procedente del japonés, lengua
compleja donde las haya. Este término se refiere a la madre que presiona a los
hijos para que obtengan logros académicos y personales. Difícil traducción en
el caso español y por extensión, en la mayoría de las lenguas.
Sin movernos de oriente
encontramos otro término sin traducción. Hablamos de la palabra filipina
gheegle, que seguro escucharás si viajas a este país alguna vez. Así, su uso es
común para nombrar a alguien que pellizque los mofletes de su mascota o de un
bebé. En España no existiría una palabra
a secas sino una expresión entera, similar a ‘me lo como’.
Con este recorrido
encontramos que existen términos que es muy difícil que ningún diccionario
recoja, independientemente de la cultura o el avance de las tecnologías. Es la
riqueza del lenguaje, que fomenta la conservación de términos que no se pueden
traducir.
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