Hoy en día, gran cantidad de editoriales apuestan por guías
turísticas cada vez más especializadas y dirigidas a nichos de mercado muy
específicos. Así, nos encontramos con guías turísticas para disfrutar de un
viaje gastronómico o de aventuras, por ejemplo. También podemos encontrar guías
con consejos para viajar en familia, en solitario, en pareja, guías para gays y
lesbianas, etc. En un momento en que la web nos facilita información de todo
tipo, las grandes editoriales optan también por la especialización. ¿Qué
dificultades implica esto para los traductores de guías turísticas?
Para realizar una correcta traducción de una guía turística,
el traductor debe dominar las lenguas de trabajo, conocer la cultura y la
historia propias del lugar del que trata la guía y entender las demandas de los
lectores a los que ésta va dirigida. Ello implica, por lo tanto, conocer cómo
viajan y qué quieren experimentar cuando cogen las maletas.
El lector como público objetivo
¿Qué tipo de turistas leen esta guía? ¿Qué esperan de su
viaje? A priori podría parecer que estas preguntas deben marcar el trabajo del
redactor de la guía, mientras que el traductor debe limitarse a traducir
aquello que ya está escrito. Sin embargo, estas cuestiones influyen también en
el trabajo de traducción. Al traducir un texto no solo se está cambiando un
idioma: se está dirigiendo el mismo a un público diferente. Ello implica
cambios en la forma de expresarse, en la forma de despertar la curiosidad del
lector y (¿por qué no?) cambios en la forma en la que se les vende el
turismo y se les invita a disfrutar de un lugar.
La información: variedad y practicidad
Las guías turísticas suelen abarcar aspectos muy variados:
culturales e históricos, gastronómicos, relativos a la naturaleza, etc. Cuando
la guía busca la especialización en un público concreto, a menudo reduce este
tipo de información a un solo ámbito: así, podemos encontrar guías centradas en
naturaleza y turismo de aventuras, frente a otras que se limitan a turismo
urbano, por ejemplo.
Los traductores se encuentran con dificultades diferentes
a la hora de traducir guías de carácter general y guías especializadas.
Mientras que el profesional centrado en una guía general tiene que tratar -aunque
de forma escueta- una gran cantidad de información, los que se encargan de
traducir guías más específicas deben tener un conocimiento más profundo sobre
los temas en cuestión.
A la vez, las guías ofrecen mucha información práctica:
dónde dormir, cómo funciona el transporte público, horarios de comercios u
oficinas, etc. Esta información debe ser actualizada con frecuencia. Otro
aspecto importante de las guías, a menudo muy usado por los viajeros, es el
mini-diccionario o guía de conversación, el cual cambia también dependiendo de
la cercanía que existe entre los dos idiomas.
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