Como se ha visto reiteradamente en este blog,
el oficio de la traducción debe ser realizado por profesionales si con ella
pretendemos dotar de calidad, coherencia y garantía de sentido al texto que
vaya a ser traducido, fundamentalmente si este tiene intereses comerciales y
empresariales, un rasgo capital en la sociedad en que nos movemos.
Por todo ello, en este artículo nos vamos a
centrar en analizar aquellas obras que la bibliografía de todo buen traductor
debe contener. Con ellas el trabajo obtendrá nuevas garantías y al traductor le
resultará más cómodo y sencillo ejecutar los plazos y alcanzar el nivel
previsto.
Comenzamos con varias recomendaciones en torno al uso de la gramática y la ortografía en
español. Uno de los libros de cabecera de un buen traductor debería ser El libro del español correcto. Claves para
escribir y hablar bien en español. Con este volumen el lector encontrará
pautas ortográficas, recomendaciones para generar textos correctamente
estructurados y claves para hablar con coherencia. En la misma línea se
encuentra Las 500 dudas más frecuentes
del español, que en forma de interrogación y su correspondiente respuesta
resuelve los problemas más cotidianos a los que solemos enfrentarnos cuando
traducimos desde y hacia el español.
Ya en clave más personal, podemos encontrar La lavadora de textos, en el que en
clave de humor encontraremos los asuntos más destacados en torno a la escritura del español, insertando
claves para ejecutarla de la manera más eficaz posible. En la misma línea se
encuentra Deslenguados, un título en
el que se nos explican los cambios
sufridos por el español en el siglo XXI así como qué devenir experimentará
nuestra lengua en el futuro.
En paralelo, un libro muy útil es El porqué de los dichos, que aglutina los refranes más populares de nuestro
país. Su importancia radica en que se trata de un libro original, pues el único
del mercado que analiza y explica el significado de cada refrán, el uso que
debe darse y, lo que es más importante para nuestra curiosidad: su origen.
En este
sentido, también es importante conocer la etimología
de las palabras que se usan en la traducción. Para ello, nada mejor que
hacerse con un ejemplar de Etimologicón,
que en poco más de 200 páginas hace que el lector viaje al origen intrínseco de
las palabras que configuran el español.
Hilvanando
varios de los aspectos que hemos recorrido en estas líneas se encuentra Palabrología, un manual en el que se
estudian y analizan una gran lista de términos 100% españoles, espacio en el
que también se nos recuerdan palabras que por distintos motivos han caído en el
olvido.
Este listado
de obras ayuda a todo profesional de la traducción a realizar su trabajo de
manera más exitosa, comprobándose el mismo en la recepción de los clientes. Su
percepción, en este sentido, es más inclusiva y positiva que en el caso de que
los trabajos de traducción se realicen sin haber consultado la bibliografía
necesaria.
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