Hoy en día, el inglés es el idioma de la investigación, los negocios, la comunicación y un largo etcétera. Si bien siempre fue un idioma muy usado en las relaciones internacionales, el auge de los negocios globales y el desarrollo de los medios de comunicación han contribuido a que sea usado como una herramienta de trabajo por millones de personas que no la cuentan como lengua materna.
En muchas ocasiones, estos hablantes están muy condicionados por sus propios idiomas maternos y usan un registro de la lengua inglesa que, sin ser incorrecto, difiere del propio de los nativos. ¿Existe la posibilidad de que este inglés internacional, tan usado en el ámbito académico y laboral, no solo resulte extraño, sino incluso complicado para los hablantes nativos?
Un claro ejemplo: el vocabulario de origen latino
Para los hablantes de lenguas romances, usar vocabulario proveniente del latín resulta mucho más sencillo. Sin embargo, este vocabulario se corresponde a menudo con un registro culto de la lengua, que no resulta apropiado en algunos casos. Algunos ejemplos muy sencillos pueden ser el uso de palabras como “objective”, “eliminate”, "summarize”, “conclude” o “reduce”, que se parecen a las lenguas latinas como el español y por lo tanto son más sencillas para los hispanohablantes.
Sin embargo, para la muchos de los que cuentan el inglés como lengua materna sería más sencillo usar “goal”, “cut out”, “sum up”, “finish up” o “cut down”, respectivamente.
La importancia de una traducción correctamente adaptada
En ocasiones, el abuso de palabras de origen culto puede resultar inapropiado, por lo que cada vez son más los que optan por dejar sus traducciones en manos de nativos o traductores profesionales especializados en la lengua inglesa.
Para lograr una traducción adecuada, es indispensable que el traductor pueda adaptarse a cada registro de la lengua y elegir el vocabulario apropiado para cada caso.
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