La traducción
literaria es uno de los trabajos más complejos que existen en este sector. Más
aun cuando nos referimos a las traducciones de la literatura fantástica. Este
género de ficción incluye claves y retos para los traductores profesionales que
hemos querido recoger aquí, independientemente de nuestros gustos literarios,
aunque estamos convencidos de que más de uno estará encantado con este
artículo.
En primer
lugar, es necesario que observemos que al menos en España, la traducción de
este tipo de textos es caracterizada por su carácter amateur, tanto a nivel de
concepto como a nivel de ejecución. Ello se debe a que son muy pocos los
traductores profesionales que hacen de esta especialidad su modo de vida.
Sin embargo,
ello no quiere decir que hablemos de un género literario sencillo, que no
requiera de especialistas. Más bien al contrario: es una modalidad literaria muy rica en matices, heterogénea a la par
que desafiante. De hecho, los especialistas aseguran que su complejidad
atraviesa todas las dimensiones de un texto, desde el plano conceptual hasta su
prosa, vocabulario y terminología.
De hecho, en
toda novela de esta temática se pueden
distinguir tres niveles. El primero de ellos se correspondería con los rasgos morfosintácticos del texto, inherentes
a la lengua de partida que se va a traducir. Entre ellos destacan la gramática,
puntuación, cursivas, mayúsculas, ortografía, etc. Un primer nivel que envuelve
a los demás.
La segunda de
estas dimensiones se refiere al lenguaje especializado con el que cuenta la
novela. Esto es: a las palabras y
expresiones fruto de la labor de documentación del escritor. Éstas abarcan
desde los atuendos de época, hasta la terminología científica, el argot de la
calle o el lenguaje técnico. Aunque suela parecer inverosímil, su utilización
es coherente con el vocabulario al que está acostumbrado el lector.
Por último, la
tercera dimensión del texto de literatura fantástica es la que la componen
aquellos elementos exclusivos de la
imaginación del escritor. Este espacio abarca desde los seres, plantas,
objetos y acciones, hasta la información relacionada con el mundo real. La
mezcla puede llegar a ser explosiva puesto que la mente del ser humano es una
fábrica de estos componentes.
Estos cuatro
rasgos que hemos subrayado aquí indican la complejidad de los textos literarios
y, en concreto, del género fantástico. Por ello, su traducción requiere de muchas competencias: desde la amplitud
del léxico, a la flexibilidad y espontaneidad, la documentación, investigación,
elaboración de bases terminológicas y por qué no decirlo, la improvisación.
Sólo así se
consigue garantizar la coherencia interna de la novela o de una serie de
libros. Y se consigue llegar al lector de manera profesional, con todas las
garantías de que el texto traducido contiene el sector que su autor quería
darle.
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