Los nombres de algunas localidades, parroquias y lugares gallegos dan lugar a menudo a confusiones por la traducción, incorrecta e innecesaria, que se hace de los mismos. Y es que la gran mayoría de los topónimos de Galicia provienen del gallego, lengua oficial e históricamente propia de esta comunidad autónoma, pero son muchos los que insisten en traducirlos al castellano.
Uno de los casos que dan lugar a más controversia es el de la turística localidad pontevedresa de Sanxenxo. Su (innecesaria) traducción al castellano sería “San Ginés”, pero son muchos los que la denominan “Sanjenjo”.
Otro fallo muy común es el de denominar “La Rúa” a la localidad de A Rúa (cuando su correcta traducción debería ser, de hacerse, “La Calle”). En ocasiones se realiza una “media traducción”, es decir, se traduce solo aquella parte del nombre que suena más a castellano: Vilalonga (cuya traducción podría ser “Villa larga”) es llamada por muchos “Villalonga”.
Otras traducciones no dan lugar a tanto debate al contar los topónimos con nombre en castellano. Es el caso de “La Coruña” en lugar de A Coruña u “Orense” en lugar de Ourense, por ejemplo.
El uso incorrecto de los topónimos es tan generalizado que la Xunta de Galicia cuenta con una Comisión de Toponimia, un órgano de estudio, asesoramiento y consulta para la determinación de los nombres oficiales de la toponimia gallega. Además cuenta con un programa online llamado “Nomenclator”, que permite realizar búsquedas y comprobar cuál es el nombre correcto de cada localidad.
Otro fallo muy común es el de denominar “La Rúa” a la localidad de A Rúa (cuando su correcta traducción debería ser, de hacerse, “La Calle”). En ocasiones se realiza una “media traducción”, es decir, se traduce solo aquella parte del nombre que suena más a castellano: Vilalonga (cuya traducción podría ser “Villa larga”) es llamada por muchos “Villalonga”.
Otras traducciones no dan lugar a tanto debate al contar los topónimos con nombre en castellano. Es el caso de “La Coruña” en lugar de A Coruña u “Orense” en lugar de Ourense, por ejemplo.
El uso incorrecto de los topónimos es tan generalizado que la Xunta de Galicia cuenta con una Comisión de Toponimia, un órgano de estudio, asesoramiento y consulta para la determinación de los nombres oficiales de la toponimia gallega. Además cuenta con un programa online llamado “Nomenclator”, que permite realizar búsquedas y comprobar cuál es el nombre correcto de cada localidad.
Los traductores especializados en el idioma gallego deben atender a esta peculiaridad para garantizar el buen uso de este idioma, cooficial en el estado español. Para los hablantes del gallego, el uso incorrecto de los topónimos o la aparente necesidad de muchos de traducir al castellano nombres propios del gallego es considerada una falta de respeto a su cultura y su lengua. Por ello, es importante que los traductores profesionales se comprometan a usar correctamente este idioma y a preservar las características propias del mismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario